LA VIDA EXAGERADA DE BRANDOLERO VII
VII
Brandolero quería presentarme a sus amigos. Así que una semana antes de la navidad fui a conocerlos. Quedamos en encontrarnos en Quilca, en una de esas tiendas góticas, donde trabaja su amigo. Sus amigos usaban la misma ropa que él, hasta el mismo pelo, una larga cabellera que les cubría casi toda la cara, pero la diferencia era la siguiente. Ellos eran góticos, y Brandolero solo era Brandolero y se vestía así y porque esa ropa estaba más barata y prefería no gastarse su dinero en ropa si no en cigarros, en miles de cigarros.
Estuvimos un rato haciendo palomilladas en las viejas calles de lima, que ya no eran como antes, ahora estaban más peligrosas que un fango de caimanes. Luego matiwasa, cada uno a su casa. De a pocos fueron desapareciendo sus amigos. Hasta que nos quedamos con uno que estaba hecho a imagen y semejanza de Brandolero, un tipo escuálido, con el pelo cochino que le cubría hasta la boca, hablaba pavadas igual que el susodicho, ¡Mierda! Era su clon y podría ser que este también fuera igual de conchudo que Brandolero, te lo juro por snoopy, era la versión original de Brandolero, creo que el mismísimo Brandolero era el bamba, ¡Qué paradoja! Ambos fumaban a por doquier, solo Hamilton (ojo) entre ellos hablaban el típico causha o causita, eran una mezcla extraña entre hard punk y reggaetón, ambos eran como dos gemelos en la plazoleta de Quilca, hasta en el acento de su voz, hasta el tema de su conversación y la inocencia convenida que tenían, sin lugar a dudas los dos eran un par de huevones, y yo también era otro por estar a su lado fumando Hamilton como loco.
-¿Y ahora que planes caushas? – dijo el clon de Brandolero
Como era oscuro tuve que mirar bien, pero muy bien para reconocer si me hablaba Brandolero o su usurpador.
- No sé, creo que ya es un poco tarde para hacer planes.
- Nada que tarde- repuso Brandolero- estamos Sábado, falta una semana para la Navidad, antes de hacer la semanesca, hay que ir a tomar unos tragos.
- ¿Qué es semanesca?- pregunte ironizado
- Así como hay cuaresma, para la navidad también hay la semanesca, una semana donde no cometes pecado, para llegar puro al nacimiento del niño Manuelito.
- ¿Ah? Y eso donde te lo enseñaron
- El padre Lalo en el colegio
- ¿Un moreno bonachón?
- No, un gordito, blancón, parecido a Bud Spencer, se llamaba Michael Leandro, no sé por qué le decían lalo
- Mmm
- Caushas, hay que hacer una chancha pa comprar un trago pa calentarnos- interrumpió el clon.
- Solo llevo tres lucas en el bolsillo de mi jean- repuso Brandolero
- A mí ni me miren- dije
- Brother, una propina pues, yo tengo pago en mi casa, esta acá a dos cuadras.
- Si cholo, mira que su cumple es pasado mañana, solo préstale, yo pongo mis únicas tres lucas.
Dos caimanes tiernos – que no existen- me convensieron.
- Ya, miren, tengo solo quince soles, nada más.
- Ya no importa, lánzate con el dinero causha.
Le solté mi guita, ni loco le iba a soltar todo, solo le solté un poco, si no ¿Cómo carajos iba regresar a casa?
Fueron, mientras yo les esperaba sentado en una banca del parque, a comprar un trago. Al rato volvieron con ron pomalca blanco y una personal de inca cola.
- ¿Qué fue?
- Acá esta. Vamos a mi casa para chupar.
- Si vamos a su casa- reafirmó Brandolero.
- ¿Qué fue? Vamos a tomar ron puro
- No brother, para eso hemos traído la personal de inca cola
- ¿Con esa cosita?
- Suficiente…
Quede como huevón, sí, como huevón, me estaba malogrando por las manzanas podridas, que en este caso eran un par de huevones y yo otro peatón estaba en plena metamorfosis a huevón, pero a uno de esos de campeonato.
Llegamos a la casa del clon. Abrió su puerta de lata con una llave media extraña. Cruzamos unas cuantas ropas tendidas en un tendedero, luego un pasillo iluminado por una luz azul y luego pasamos a otra que alumbraba de color rojo, ¡Mierda! Parecía un viaje interespacial o simplemente un prostíbulo. En el camino nos encontramos con un tipo que se balanceaba de un lado a otro, parecía que estaba con una pea fatal.
- Puta es mi tío- dijo el clon
- Guarda, guarda.
- No hay problema, hasta podemos chupar con él.
Seguimos caminando y el tipo se paro frente a nosotros
- ¿Sobrino? ¿Sobrino? Sobrino, ¡jeje!
- Tío, ¿Qué fue?
- Nada, me acaban de pagar en la empresa, acabamos de terminar de techar una casa y a todos los obreros nos han pagado hasta con veinte lucas más por buen trabajo.
- ¡Qué bueno!
- Señor buenas
- Señor buenas- dije también yo.
- ¿Tus amigos?- preguntó el enorme tío del clon
- Si tío mis amigos
- ¿Y que van ha ha ha… hacer? ¡Hip!
- Nada, por mi cumple vamos a celebrar de adelantado
- ¿Sólo van a tomar?
- Sí ¿Por qué?- repuso el clon
- ¿No hay pibas?
- No, nada, no pudimos conseguir
- No hay problema pues sobrino ¡Hip! Eso lo conseguimos donde el tío Joroncho, ese va ser mi regalo de cumpleaños
- No te preocupes tío, solo basta que chupes con nosotros
- Nada, nada, lleva esa huevada pa chupar con la germa ¿Tu todavía nada no?
Brandolero y yo escuchábamos la conversación como dos huevones.
- ¿Yo nada? – repuso el clon
- Nada, nada
- ¿Nada?
- Nada pues huevón, o sea todavía no has roto caja de cambios, no has tirado
- No, es que no hay gita
- Pucha pero tus amigas pues
- Nada, ellas son decentes – mintió el clon.
- Hoy te voy a presentar muchachas indecentes, malcriadas, zafiras, rompe sable, calienta porongas, 2x1, muchachonas, forajas, sandungas, griferas, catadoras de leche, mano sueltas, boxeadoras, esmeraldas, caza pajaros, francotiradoras, acuchilladoras…
- ¿Ah?
- Putas, pe huevón, putas…
- Ya, ya, chevere tío, te pasaste.
Creo que a esta parte de la historia la debería llamar: “Y de repente el clon se emociono” pero nosotros qué pintábamos en ese entierro, en serio era un entierro, o iba a ser un entierro, nosotros seríamos los populares, violonchelistas, laucheros, chupamedias, testaferros, gallinazos. Bueno en fin, que nos tocaba perder, quizás hasta nos tocaba ganar con alguna mañosería de alguna de esas putas, pero yo era fiel a mi mujer, así que fuí con ellos pero con la convicción de que no haría nada, aquí el que iba a golear era el clon.
Salimos de la casa del clon en el carro viejo con el que hacia taxi su tío. Ese carro estaba cagado, no tenía claxon. Yo le pregunté: Señor y como puede andar sin claxon. Para que necesito claxon, yo hago las veces de claxon y es un claxon más paja, saco mi cabeza por la ventana y digo avanza conchatumare- me respondió.
Llegamos al prostíbulo del tío Joroncho, nos preparo una mesa y nos trajo una colección de putas. En seguida pensé, a los coleccionistas de estampitas se les llama filatelistas, a los coleccionistas de monedas se les llama numismáticos, a los coleccionistas de disco se les llama disqueros, a los coleccionistas de putas ¿Cómo se les llamaba? Haber, ¿Putaletista? ¿Putismatico? ¿Putisquero? O simplemente ¿Hijo de puta?
- Ya sobrino escoge- le dijo el tío obrero a Brandolero (Al parecer se había equivocado, pues eran tan parecidos)
- ¿Yo? No pensaba, pero igual gracias
Antes debo decir que el clon se fue a mear un rato.
- ¿Cómo no pensaba? Esto es un prostíbulo huevón.
- Tiene razón.
Brandolero no demoro mucho, pues como dije era huevón, torpe, estúpido, monce todo lo que quieras, menos cojudo, sabía que en cualquier momento iba a llega el clon y su oportunidad se cagaría. Dio una rápida mirada a todas, no conocía a ninguna, pero opto por la que tenía unos cenos de campeonato. Brandolero iba a practicar por primera vez el alpinismo, le tocaron dos enormes montañas. El tío transó con la puta, le pagó lo debido y dejo que su supuesto sobrino se fuera contento con la puta en manos y cogiéndole el trasero.
Cuando llegó el clon, medio apurado, yo me cague de risa.
- ¿Qué fue tío?
- Nada, ya lo mandé a mi sobrino, así que saquen el ron para ir chupando.
- ¿Ah? Si yo soy tu sobrino
- No me vengas con huevadas chibolo conchudo, ¿Crees que también te voy a pagar un polvo?
- Mírame, soy tu sobrino… ¡Tío!
- No te voy a estar rogando chibolo hijoeputa. Señorita (llamó con el dedo) una jarra de cuba libre. Cóbrese.
Otra de las paradojas de la noche fue que después de que el señor estaba ya muy borracho, recién se dio cuenta de que su sobrino era en realidad el clon que se había quedado fuera. Ofuscado corrió al cuarto de la puta para reventar la puerta, junto con su sobrino hicieron fuerza comunal, pero vinieron los guardias del prostíbulo, un huachiman agarrado y los sacó.
A mí no me quedó otra que seguirlos y esperar a Brandolero afuera. Minutos más tarde salió Brandolero con cara de felicidad. Había sido uno de los mejores polvos de su vida.
- Gran puta eso era para mí, mi regalo-objeto el clon.
- No jodas, ya vámonos, eso te pasa por huevón y ni se te ocurra tocarme porque te saco la conch…
- Te cagaste huevón.
Nos quitamos del lugar. Su tío no pudo hacer nada porque se quedó tirado en la pista por efectos del alcohol. Ya en el camino Brandolero se quedo dormido porque estaba muy agotado. Llegamos a casa y cada uno a dormir, ya era tarde.
Concluí- acurrucado en la cama- de que el clon había ganado un premio esa noche, al igual que Brandolero. Pues el clon había ganado el concurso a mas huevón de la noche, pero eso sí, ese premio no tenia fines de lucro…
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