martes, 31 de marzo de 2009

SERENIDAD PACTADA
8:03 p. m.

SERENIDAD PACTADA


"La mayoría de hombres llevan vidas de tranquila
deseperación"
H.F. Thoreau.
Lo veía de reojo, siempre a la defensiva. Buscaba en su reondito desprecio poder hacerle daño, y lo hizo.

La mañana amaneció - contra todo pronóstico - húmeda, y una menuda neblina cubría los campos deportivos. Eran las nueve de la mañana y ya empezaban a llegar los hinchas, que se desestrezarían alentando a sus favoritos. Todos se disputaban una mejor ubicación para ver el match, todos empezaban a impacientarse cuando una pelota rozaba el travesaño o era - casi virtualmente - sacada del arco. Todo le favoreció, ese día su equipo ganó y terminaron celebrando, no le quitó la mirada de los ojos, usó esas técnicas de llamado que suelen usar las mujeres y lo obligó a acercarse, ella simplemente lo ignoró. Habían campeonado.

Terminando las clases, se reunieron y acordaron festejar en uno de los locales cercanos al campus, todos se comprometieron en una cuota, y a las nueve de la noche se empezó a armar la juerga. Nuevamente lo miró, y también lo ignoró. Al ser antagónico le empzaba a inquietar.

La naturaleza de la fiesta hizo que se reunieran en uno de los tanto grupos que se habían formado, y también esa natural realeza los unió en pareja de baile, y en ósculos propios del exceso de alcohol.
A la mañana siguiente amanecieron desnudos es una cama.

Cuando caminaban rumbo a la fiesta se empezaron a hablar de la nada.

- Jugaste bien.
- Gracias, pero fue porque estaban alentando.
- Sí pues, qué harían sin nosotras.
- Ja, ja, para otra cosas no sirven las mujeres.
- Ya verás que te equivocas.

Nueve meses después Richard salió de la cárcel con arresto domiciliario.

1 comentario:

  1. Redaccion plausiva.... Pero m pregunto yo el tal richard es Richard Primo?

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