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ULTIMO BRINDIS

brindis Joriot

Brindis by Leoperagalo

Se detuvo, no sabía cómo comunicárselo a sus amigos, empezó a rondar por la habitación, taciturno, con el puño en el mentón como lo hacía su padre, comenzó a dar zancadas y al caminar cada vez más rápido derribaba las cosas, una a una, sin control, se salía de sus casillas, no encontraba el momento propicio para revelar su suerte, y cada vez los estruendos eran más desesperantes que hasta el mismo estaba asustado, empezaba a temblar y unas lagrimas caían de sus mejillas, con un agitado respirar cogió temblando la botella de whisky, bebió del pico, no paró hasta ver la botella a la mitad, entonces le tambaleó el cuerpo y poco a poco empezó a serenarse y a observar por la ventana el paisaje. Por qué malograrse las horas, hombre, si ahora nos hacen falta.

Salió luego a la mesa principal donde todos sus amigos lo esperaban ansiosos, le cantaron el feliz cumpleaños que siempre acostumbraban, al estilo del Club León Silvestre, cuyas letras no me atrevo a reescribirlas, el saludo a todos como siempre lo hacía levantó la copa y dijo: Hermanos, hoy estamos festejando mi onomástico, y aprovechando la oportunidad quiero comunicarles que mañana me voy a las islas galápagos a pasar mis últimos días –un barullo se empezaba a escuchar – porque, amigos, tengo un cáncer terminal, ¡salud! Y fue el único que se bebió toda la copa.