sábado, 31 de enero de 2009


La necedad, el yerro, el pecado, la roña
ocupan nuestras almas,trabajan nuestros cuerpos
y como los mendigos alimentan su mugre,
así nutrimos nuestros blandos remordimientos.


Nuestro pecado es terco, nuestra conticcion floja,
con creces nos hacemos pagar lo confesado;
y alegres retornamos al camino fangoso
creyendo nuestras culpas lavar con viles llantos.


En la almohada del mal es SATAN trismegisto
quien largamente acuna nuestro SER hechizado,
y el precioso mental de nuestra voluntad,
íntegro lo evapora ese químico sabio.


El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven,
a las cosas inmundas encontramos encantos;
y sin horror; en medio de tinieblas hediondas,
cada día al infierno descendemos un paso.


Tal como un libertino pobre que besa y muerde
el seno magullado de una vieja ramera,
robamos de pasada un placer clandestino,
que exprimimos bien fuerte como una naranja seca.


Denso, hormigueante, así como un millón de helmintos
un pueblo de Demonios hierve en nuestras cabezas,
y cuando respiramos, la muerte a los pulmones
baja, río invisible,con apagadas quejas.


Si el tósigo, el estupro, el puñal , el incendio,
de agradables dibujos no ornaron todavía
el trivial cañamazo de nuestra pobre suerte,
es, ahy, porque nuestra alma no es bastante atrevida.


Pero entre panteras, los monos y los linces,
los buitres, escorpiones, serpientes y chacales
los monstruos aulladores, rampantes, gruñidores;
de todos nuestros vicios en la leonera infame.


¡Hay uno que es más feo, más inmundo, más malo!
sin lanzar grandes gritos ni mostrar grandes gestos,
convertiría a gusto la tierra en un despojo,
y tragaría el mundo en un solo bostezo.


¡Es el tedio!, de llanto involuntario llena
la mirada, su pipa fuma y sueña patíbulos.
conoces, lector, al delicado monstruo
hipócrita lector-mi igual-. Hermano mío.
7:32 p. m.



A mis abuelos, todo por todo

La compañía me describe este amor más profundo. Me describe a mi mismo, y eres tú. Llevo cuarenta y seis años a tu lado – literalmente- sin contar aquellas aventurillas que de jóvenes llevábamos a la par. Como cuando nos escondíamos en el bosque cercano. Horas y horas hablando, para que al fin terminara todo esto en un beso. El primer beso. Magníficamente el primer e incomparable beso. Tu labio ansioso se movía siguiendo el ritmo de los míos. Un vampiro nacía entre nosotros y era imagen serena, de verano ayacuchano, de un cuanto te amo.

Por qué siempre los viejos hemos de recordar estás cosas y sentir el fulgor de nacer y retroceder el tiempo. Por qué siempre tenemos oculto, cobijado, nuestro romance. Por qué una caja de madera es digna de guardar tantos benditos recuerdo. Por qué las cartas que antes te brillaban en los ojos son simplemente bulto, bulto, bulto. Será que esto se debe a que el viejo tiene un mínimo grado de experiencia. Y la experiencia lo hace intranquilo. Será que el niño, el joven, no tiene aún nada de experiencia. Será tal vez que la vida avanza y uno se resigna a querer olvidar el pasado, aunque aparente no hacerlo. Es cierto, el anciano, como yo, ya no recuerda bien las cosas, pero – increíblemente- recuerda muy bien los sentimientos que ha encontrado en su vida antigua y en la que vendrá luego. Sabe como contrarrestar la soledad. Me estoy analizando.

Pero ahora, esto si tiene importancia, ¿Qué vendrá luego de ser anciano? Vendrá, digo yo, el post anciano – si es que existe esa palabra - que vendría a ser una forma prolongada de la vida, donde ya no tengamos recuerdos. Donde todo lo vivido es siempre constante. La muerte y luego el estar con Dios.

Como llueve afuera. Los jóvenes cruzan sin importancia, tienen el cuerpo, la máquina nueva, en cambio, mírame mujer, ya estoy cansado. No soportaría lo que ellos hacen, cogería de pronto un resfrío.

Mujer, me voy de casa, me voy a la calle, tengo que llevar mi maletín. Te regalo un beso, un beso en la frente. Vuelvo del trabajo más tarde. Ella me mira, me gustan sus ojos puneños.

Regreso exhausto, pero prefiero mostrar mi cara de alegría. La comida, entonces está lista. La empleada del hogar sirve la sopa, caliente, como nos gusta. Exprimo dos limones. Comenzamos a comer. Luego viene el almuerzo, que es una delicia. Comer es un placer. Comer, después de todo me hincha la barriga y hace que me recueste en el sofá, con un polo blanco, estire mis piernas, y me eché a descansar. La que tanto amo dice que ronco, pero no le incomoda, por que ella también lo hace, pero en las noches o en alguna tardecita que le vence el sueño en la cama. Sólo alcanzo a descansar quince minutos, ya casi este número se ha vuelto monótono después de almuerzo, de lunes a sábado.

Entonces me pongo la camisa. Hoy, por ejemplo, es una de esas tardes en la que ella está dormida, con su cabecita blanca sobre la almohada. Le beso la frente. Ella no se despierta, es mejor, no quiero interrumpirla, que duerma y que no sienta mi ausencia.
Regreso ya de noche, algo traigo entre manos. Una bolsa llena de panes calientes, recién extraídas del horno. Huelen exquisitas. Mamama me espera en su cama, sentada, viendo la televisión. Le doy un abraso, le beso nuevamente la frente. Nos sentamos a la mesa, un exquisito café reposado y los panes que lo remojamos en él. La acompaño hasta el cuarto. Se echa en la cama, creo que ya va dormir. Vuelvo y arreglo la mesa. Pelo una manzana y la corto en trozos, los pongo sobre un recipiente de cristal. Me siento en mi pequeña mesa de estudio, sacó un libro, enciendo la lámpara, estoy por iniciar la lectura y algo me interrumpe. Es su ronquido que me asevera que ya esta durmiendo, mi bella durmiente.

Los párpados me llegan a vencer y entonces voy a la cama y descanso. Rezo al Jesús de Nazareno antes de cerrar lo ojos, es mi devoción, mi religiosidad, un sentido de vivir mejor.

Amanece, y ya es domingo. El típico mondongo no puede faltar en la mesa. Cojo las ollas y camino dos o tres cuadras para llegar al local donde siempre lo compro.

Estamos en meza, tengo hambre. Me sirvo un plato y luego otro. Ella me dice que ya no quiere más. Yo le digo, mientras me froto la barriga, acá está nuestro dinero, ella me sonríe con ese rostro indescriptible, sin esfuerzos, espontáneo.

Papapa, me llaman todos mis nietos. Los quiero mucho, y estoy seguro que el amor de mi vida también los quiere, cada vez que vienen a visitarnos, procuramos darles lo mejor. Ellos son para con nosotros y nosotros somos para con ellos. Ese es uno de los tantos fines de ser familia.

El día, el soplido de Dios pasa y pasa. Llega la noche. Veo las noticias. No están nada interesantes, lo apago y me echo a dormir. Profundamente, y ella también lo hace, en verdad somos muy complementarios. ¡Cuánto te amo!

Han pasado ya varios días. Todo se vuelve constante, ya no recordamos. Le he dicho: Mujer, toma esa caja de madera y retira el contenido por favor. Ella me ha hecho caso. Hemos tomado nuestros verídicos sentimientos, nuestras amadas nostalgias, las hemos puesto en un equipaje de viaje. Y nos hemos ido, a gozar de ellos.







!CUANTO TE AMO!
5:29 p. m.

!CUANTO TE AMO!


Tengo una enamorada salida del refrigerador

¡NO DIGAS!

Es bonita ella para mi, claro esta

Asi-

Tengo que hacer media hora de ejercicios para no helarme cuando la toque

¡QUE FRIA!

Le digo cariño... y me contesta mentirosa

"Zamarilla-"

Quiero darle un beso, y me quita los labios

¡ZONZONAZA!

Entonces babeo por dentro, me caliento nuevamente; me cuelga la bemba

mis vellos se erectan

mis dedos quieren estrujarla

y ella se rie...

yo me enfrio y me rio tambien

¡Sigue,¿que ocultas?!

Ando por los 3 meses, y nuestrar relaciones son excelentes

-ASI PARECE-

La saco a pasear, camina una cuadra y me dice :"vamos, mi papa me espera"

¡TONTITA!

Entonces comiendome la vida la vuelvo a casa, y regreso con mas entusiasmo.

No cree en dios, es ESTUDIOSA.

"DIOS TANTO"-

Rìe constantemente; le teme a los hombres

¡Malo,malo!

Apenas le pongo las manos en los senos, respinga como una potranca

¡Lo que se Pierde!

Pero yo estoy contento y a la vez muy enamorado

"RESIGNACION"-


Antes de terminar, debo confesarle

¡Suelta!

Su caracter es incomparable, creo que por eso nomás la busco.

"No digas, que PRODIGIOSA"

Es un libro abierto que por mas que la estudio, no la Comprendo.

¡Dime hijo, como se llama!


Averigueselo, padre.


Amèn.

Confesion-
3:36 p. m.

Confesion-


Miserables interpretaciones de la vida, como el dolor, la tristeza o la muerte forman un ángulo muerto en el cual las pinturas surgen de un mundo surrealista, prestando así a una reflexión expresiva en todas las pinturas abstractas.
Expresion
3:30 p. m.

Expresion

viernes, 30 de enero de 2009

HAY DÍAS EN QUE VIVO

Ayer conversaba. Me indagaba. Un cretino sustito salió del reposo.

Ayer conversaba. Me indagaba. Una mujer como tú, devaneo, resbaló, de la mano floja.

Ayer conversaba. Me indagaba. Una multitud de tres relevaron el conjuro extraño. La nostalgia de recordar.

Ayer conversaba. Me indagaba. Ayer la extrañaba, y hoy, es simplemente su sentido completo.

Ayer conversaba. Me indagaba. El “hidalgo” líquido saltaba de entre lo preciado.

Ayer conversaba. Me indaga. ¿Ahora qué hago?

Ayer conversaba. Me indagaba. Pasivo, pasivo, como todos, es cierto.

Ayer conversaba. Me indagaba.

Ayer conversaba. Me indagaba. Salió el humo de lo que siempre, siempre te remuerde, ser HUMANO

Ayer conversaba, y hoy sigo en lo mismo.

“CATACLISMO – DESASTRE, el AMOR no es un desastre, no es un deobrero, no es un dealafarero, es un deDIOS”

HAY DÍAS EN QUE VIVO
8:21 p. m.

HAY DÍAS EN QUE VIVO

jueves, 29 de enero de 2009



Terminas de almorzar. Coges un vaso de bebida gaseosa roja y sacias tu sed. Comienza la función.


-Abuelo, ¿tu papá se llamaba Jesús?
- Claro, Manuel Jesús Avilés Quispe
- ¡Ah!, ¿y era obrero?
- Si, él era carpintero.


Cuentas su historia. Dices que él pertenecía a la gendarmería, llevaba jóvenes de provincia para que realicen servicio militar en Lima. Se jactaba de haber entrado al Palacio de Gobierno y que otros no lo hayan hecho. Él quería que fueras empresario, como los obreros en Lima hijos, quiero que sean empresarios. Y tu te esforzabas estudiando.


Un día, dices, me dejó la tienda en Grau y se fue. Te advirtió que cuidaras que no se robaran los cajones,y tu obedientemente lo hiciste. No sabes cómo, pero se perdió su reloj. Él te reclamó, dijo que habías dejado que se lo robasen. Tu te fuiste, con cien soles que te habían dado de adelanto para un cajó; en tu fugaz huida, se te calleron los benditos cien soles. Fuiste donde tu madre, ella te dijo que no hicieras caso, pero tu no lo pensaste y decidiste irte a Huancayo con tu hermano.

No te recibió bien la incontrastable y a los veinte días regresaste. Él te preguntó si querias terminar de estudiar o - como ya habías trabajado en Huancayo - trabajar en la tienda en Grau. Elejiste trabajar a tus 16 años. Duraste dos más. Te diste cuenta que no era para ti. Con el dinero que habías reunido te inscribiste al Bosco. Pero te casaste joven. Tuviste que seguir con el oficio del papá. Te convertiste en el carpintero, hijo del carpintero. Gracias abuelo, por tu experiencia.
(*) Foto de Manuel Jesús Avilés Quispe, una vida recorrida.
El hijo del carpintero (*)
8:42 p. m.

El hijo del carpintero (*)




Y…
Un fluido de luz te cegara.


La camisa se quedo adherida a mi cuerpo, el calor era tortuoso, la espalda se me había humedecido con el sudor, las gotas saladas de mi frente se estampaban contra el suelo. Pensé que la caminata en forma de auto castigo era un método infalible para este mediodía doloroso. Entonces comencé a caminar hacia mi casa.

La avenida aviación se proyectaba como un horizonte lejano. Me pare en la esquina, espere que la luz del semáforo cambiara. La congeladora de enfrente no dejaba de serme provocativa, era una botella de agua mineral, que al igual que yo sudaba, pero de frío. No dude en comprarla, se habían formado pequeños pedazos de hielo en el interior. Comprimí mi cansancio y mi sed con una prodigiosa cantidad de agua. Espere a que terminara de descongelarse y según caminando. Entre el bullicio, y el fétido ambiente que dejaban los micros al pasar.

Saqué un trozo de papel higiénico me limpie la frente y enseguida pude suspirar. Estaba en el parque cercano a mi casa. Como a dos cuadras. Los labios se me habían endurecido. Compre otra botella de agua. Me eche en el pasto, mis pies querían descansar. Había caminado dos horas y media. Me relaje, lleno de verdor, moví mi cabeza como táctica de relajación. Observe el cielo inspirado y cerré los ojos.

De pronto el viento movió la falda de ella, que pasaba. Atónito, me tomaron de sorpresa. Aumentó el calor. Sus senos se dibujaban voluminosos entre su vestido. La gota de sudor que corría por entre la mediatriz de su cuerpo me sedujo. Y esos lentes que cubrían sus ojos me reflejaron a lo lejos. Mi sudor quiso alcanzar al suyo. Me despabilé. La miré, subió a un taxi, y no pude contener el aliento. Corrí a casa. Almorcé y se me olvido todo con un leve descanso.

Entre a la ducha. Me refresque. Me imagine como una de esas botellas de agua que había tomado hoy. Salí con la mente despierta.

Un rostro cualquiera adquirirá tu dulzura, tu coherencia, tu belleza, en fin tu sonrisa. Los pasos que me dejaste se irán perdiendo por los ojos, el horizonte nostálgico se habrá llenado ya. Mediáticas palabras que intentaran timar tu pulcritud.

Caliente dormiré.

Y…
Amanecerás desnudo con ella en la cama.
SENSITIVO
AMOR NO ES ALGO TUYO (El país de los deformes)
6:08 p. m.

AMOR NO ES ALGO TUYO (El país de los deformes)

miércoles, 28 de enero de 2009


Circo lejano irrisorio
curvilineo
se encorva y empieza a girar
gira, gira sin cesar
con mis miradas solitarias
esas lejanías sociales
que danzaron alrededor
se encorvaron y empezaron a girar
giraron, giraron sin cesar
con mi huraño ser pensante
que nace cada vez que puedo
y soy lejanamente circense
me enconrvo y empiezo a jugar
y giro, giro sin parar
y se detiene mi inobediente libertad
ya no gira. Murio.
No gira sin cesar.
DELIRIO
11:50 a. m.

DELIRIO



Bosquejo de alegría.

Es tan cuento. Es tan mentira. Es tan ufano proclamar libertad en estos momentos, no existe razón valiosa. Echarse entre el medio de la alegría y que te desalojen con tan solo un dicterio, es libertad acorralada del plebiscito. Entonces, por ende, la verdad también no existe, me cuestiono. Vale repensar y repensar.

Hay libertad, hay verdad, simplemente hay que despojarse de aquellos lentes inveterados, todos, serenos, amigables y virtuosos.

Obtener, vivir, exprimir, saciarse –aunque nunca lo sea- de un ente magnífico, de un ente personal, de algo más valiosos que ser supuestamente voraz ante todo tipo de oportunidades, no importando el pretexto, ser el punto fulgurante que contagie la alegría, saber vivir, saber comerse la vida, en fin, alimentarse de familia.

Me cuentan los kilómetros, los metros, los pasos. El cielo repentinamente deja de secarse, será que he caminado-sin pensarlo- parte del tramo de la felicidad. Ellos están conmigo y para conmigo. Por que detrás de todo siempre existe una familiaridad que añoramos.

Un juego de luces espléndidas trato de observar. Es él. Que se distorsiona en instante y se originaliza con el tiempo. Tiene lucecillas que se deslizan por su contorno imparable. Dejo de verlo, ahora el suelo es rojo. La gente es de otro de planeta, con las caras pintadas. Vuelvo a mirar. Se va escondiendo, lo persigo con la mirada. Cae la noche, cierro los ojos, una luz amarilla me impacta y entonces vuelvo a lo mismo. Reniego. Mi adicción de tarde se ha ido. Es él. Circular. Amante. Adornado de azul. El sol.

Existe la alegría de ser nostálgico. Como el anciano que rememorá su juventud y es alegre. Como cuando nostros llevamos un equipaje interno y externo, sabiendo con certeza que la soledad se ha ido, que tenemos siempre la vida como fiel compañía, que tenemos el deleite de sufrir la vida, de gozarla.

Todo en esta vida puede convertirse con tan solo un toque de esencialidad en tu prolija, sutil, grandiosa, venturosa y verdadera felicidad. Alegría.

SENSITIVO
BOSQUEJO DE ALEGRÍA
9:13 a. m.

BOSQUEJO DE ALEGRÍA