CRIMENES IMPERFECTOS
I
No existe crimen perfecto. Todos son por propia naturaleza defectuosos, tullidos, es decir imperfectos.
El gorila negro había llevado una infancia muy dolorosa. Vivía atormentado por los crímenes que sucedieron en las épocas del terrorismo. Recuerda todavía con mucho temor que los “terrucos” entraron una madrugada a su casa, y pese a todo ruego violentaron contra su padre y contra su hermano. Al final terminaron matando a todos, menos a él y también violaron a su madre. La única descripción que nos puede dar del asesino es que era un gorila de tez blanca, alto y muy fornido, no le pudo ver la cara porque llevaba un pasamontañas. ¿Pero por que fue él el único sobreviviente? Pues él se escabullo por debajo de un mueble grande y nunca se enteraron de su presencia. Era por eso que llevaba un trauma psicológico insuperable, había consultado a varios especialista, pero ninguna pastilla, ni mucho menos cualquier método le habían podido ayudar. Además desde niño, según su expediente, fue ermitaño, nunca salía jugar futbol con sus otros compañeros, ni mucho menos anduvo en cortejos con alguna gorila, en casa tampoco conversaba con sus padres, los quería demasiado, pero era de pocas palabras, siempre andaba encerrado en su cuarto jugando con sus armas de juguetes y viendo series de asesinatos, las caricaturas le aburrían, otra cosa que también le interesaba mucho eran las cosas paranormales, las llegadas de los supuestos extraterrestres, era a ciencia cierta un niño heteróclito. Casi no sabía nada de él hasta hace unos pocos años, donde decidió por cuenta propia aparecer en las primeras planas de los distintos panfletos y periódicos.
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