Al querer que nunca se olvida
Posiblemente no sabía nada del colofón de esta inmensa desgracia. Ella pasaba por mi lado en estos instantes, tan solo, como la niña conspicua que titilaba y conjeturaba a tientas esa potente palabra de amor. Era algo tan sutil y yo -poruspuesto- le creía como alumno aprendiz.
De ves en cuando soliamos caminar por las calles, no para mostrarle al mundo nuestro romance, si no para que las estrellas bajasen y ella las viera y entonces derepente se le escapara unas palabras como oración.
- Mira, es la única estrella en el cielo.
- Cierto (Me quedaba ciego)
- Es linda
- Como tú
- (Ella seguía mirando y no sé en que pensaba)
La luna se despejaba
- Mira la luna - decía yo como tratando de romper el hielo.
- La estrella esta brillando
- Puedo oir tu corazón
Le di un beso. Le detuve la cara. Le mire fijamente. Espera- le dije- puedo ver la estrella en tus ojos, claro, ahora comprendo por que son tan lindas...
Y asi, ella me llevaba a crear un mundo de poemas cotidianos, pero parafraseados cada dia de manera mas hermosa. Pude haberle creado muchos relatos sobre estrellas, pero no pude, simplemente era una razon sencilla como esa.
Sé, que no debo recordarte, por que al hacerlo revivo el mundo de versos y prosas y entonces, saco una hoja y un lapiz y no dejo de escribir hasta que la mente se me agote. No dejo sencillamente de cantar. Aún sin música...
Mujer, estoy sentado a vuestro lado, tan simple, tan rodeado de flores, y tu no te has fijado en mi, será quizas por que la noche no esta túpida y se reflejan en el firmamento las miles de estrellas en el cielo, o será que no me quieres y que yo me estube envolviendo en el tul incorrecto, que sin embargo tuve que quererte demasiado sin esperar nada a cambio, que algún día que no me lo dedicaste yo te lo dedique a ti, o - en fin, lo digo para culminar- es que ya los dos no nos queremos y solo estamos presentes, "juntos", por culpa de la obsesiva fijación de querer besarnos para sentir el gozo cotidiano, el sabor que ya no se puede dejar, el sabor que en vez de hacernos crecer, nos cae cada vez más y más, con lluvias y torrentes que no se sabra nunca de donde vienen, como yo no sabre nunca por que ahorita tus ojos estan negros, sin brillo, parecido al de las estrellitas en el cielo.
Ahora, me estoy alejando de ti, con el terno puesto y los zapatos lustrados, con la madrugada callendo. De vuelta a casa, en la calle, los borrachos imcomprendidos se gritan entre si, los niños de la calle intentan ponemre mas triste de lo que estoy, no tnego dinero, me voy por la veredas sucias de mi ciudad. Son las seis de la mañana y tengo unas ganas de tomar el pisco que mi viejo tiene guardado en su pequeño bar. Me desnudo rápido, entro a la ducha, mi madre me sirve el desayuno, me arreglo la corbata y no deseo nada. Mis ojos estan hinchados, salgo de casa, tomo el primer taxi que se acerca, me lleva hasta el centro, le pago y entro en esa maldita locura y agonia de reocordar que te he perdido.
Espero afuera, prefiero no subir las gradas. Te veo, tu acercas lentamente, lloro, lo estoy haciendo, estoy llorando y con las dos manos intento limpiarme las gotas. Cada vez te acercas más, y estas sin sonrisa ni tristeza.
Y es entonces cuando tu estas frente a mí, la banda empieza a sonar, apoyo mi hombro, la prosodia infausta se levanta y el romance de haberte querido avanza junto a tu fragil cuerpo que va directo al cementerio...